INVITACION
Con motivo de conmemorarse mañana viernes 4 de septiembre el 11º Aniversario del fallecimiento del monseñor Gerardo Sueldo, a las 10,00 horas, en San Marcos (lugar del accidente), se rezará un responso.
A las 20.30 horas, se celebrará una misa en la Catedral Basílica, presidida por el Obispo Auxiliar Monseñor Ariel Edgardo Torrado Mosconi y posteriormente un responso en la tumba de los obispos.
¡¡ CONCURRA ¡!
Con motivo de conmemorarse mañana viernes 4 de septiembre el 11º Aniversario del fallecimiento del monseñor Gerardo Sueldo, a las 10,00 horas, en San Marcos (lugar del accidente), se rezará un responso.
A las 20.30 horas, se celebrará una misa en la Catedral Basílica, presidida por el Obispo Auxiliar Monseñor Ariel Edgardo Torrado Mosconi y posteriormente un responso en la tumba de los obispos.
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Pero quién era ese hombre que supo despertar sentimientos tan encontrados. Quién era ese pastor que unos lo amaban tanto y otros lo odiaban con el mismo encono.
El 15 de mayo de 1993, Gerardo Eusebio Sueldo fue designado como Obispo coadjutor de la Diócesis de Santiago del Estero, asumiendo la titularidad el 23 de noviembre de 1994. Su mandato episcopal coincidió con una etapa conflictiva y difícil de la vida política y social de la Diócesis. En efecto, cuando monseñor Sueldo se desempeñaba aún como Obispo coadjutor tuvieron lugar los graves acontecimientos conocidos como "Santiagueñazo" del 16 y 17 de diciembre de 1993, y la posterior intervención federal a la provincia.
En los conflictos sociales que sucedieron, el Obispo Sueldo intervino como mediador y canal de los reclamos de los mas diversos sectores de la sociedad santiagueña, que encontraba en su pastor la guía valiente y el respaldo seguro para reclamar por la dignidad y la justicia de quienes tuvieron "La vida y la fe amenazadas". Su actitud comprometida y dispuesta a no callar las injusticias le acarrearon frecuentemente enfrentamientos con el poder político, con el que sostuvo una polémica relación.
La imagen del obispo Sueldo se hizo conocida fuera de la Diócesis de Santiago del Estero cuando, en medio de una manifestación popular que pretendía ser impedida por efectivos de la guardia de Infantería, quiso evitar lo que finalmente ocurrió: gases lacrimógenos, bastonazos y represión. Su rostro ensangrentado marcó el compromiso del religioso para con el pueblo santiagueño.
El 15 de mayo de 1993, Gerardo Eusebio Sueldo fue designado como Obispo coadjutor de la Diócesis de Santiago del Estero, asumiendo la titularidad el 23 de noviembre de 1994. Su mandato episcopal coincidió con una etapa conflictiva y difícil de la vida política y social de la Diócesis. En efecto, cuando monseñor Sueldo se desempeñaba aún como Obispo coadjutor tuvieron lugar los graves acontecimientos conocidos como "Santiagueñazo" del 16 y 17 de diciembre de 1993, y la posterior intervención federal a la provincia.
En los conflictos sociales que sucedieron, el Obispo Sueldo intervino como mediador y canal de los reclamos de los mas diversos sectores de la sociedad santiagueña, que encontraba en su pastor la guía valiente y el respaldo seguro para reclamar por la dignidad y la justicia de quienes tuvieron "La vida y la fe amenazadas". Su actitud comprometida y dispuesta a no callar las injusticias le acarrearon frecuentemente enfrentamientos con el poder político, con el que sostuvo una polémica relación.
La imagen del obispo Sueldo se hizo conocida fuera de la Diócesis de Santiago del Estero cuando, en medio de una manifestación popular que pretendía ser impedida por efectivos de la guardia de Infantería, quiso evitar lo que finalmente ocurrió: gases lacrimógenos, bastonazos y represión. Su rostro ensangrentado marcó el compromiso del religioso para con el pueblo santiagueño.
HOMBRE COMPROMETIDO
Cuando Monseñor Gerardo Sueldo arribó a Santiago del Estero no sabía que estaba ingresando en un lugar donde abundaban las muertes no esclarecidas, el "gatillo fácil" policial, la dependencia de la justicia y la concesión de múltiples favores del gobierno.
Aún con esas premisas, durante su pastoreo, Mons. Sueldo impartió permanentemente un mensaje esperanzador en la búsqueda de la verdad y la justicia. Aludía siempre al reconocimiento de "la libertad de todos los hombres como fundamento excelso de su dignidad humana y de su filiación divina" .
Con su mensaje, el obispo apuntaba a destruir "un esquema político oprimente y una estructura mental autoritaria, que se alimenta de una sociedad temerosa y condescendiente".
Fiel a su compromiso con los más débiles y desprotegidos, impulsó la creación de la Secretaría de los Derechos Humanos de la Diócesis y de una oficina de asesoramiento jurídico para pobres e indigentes que se encontraran ante una situación de conflicto.
También participo de la fundación de dos instituciones laicas de gran importancia y protagonismo: El Movimiento Campesino de Santiago del Estero (MOCASE) y las Madres del Dolor. El primero de ellos, comprometidos con la obtención y el reconocimiento de los derechos de la población rural de Santiago del Estero, y el segundo, orientado a lograr el esclarecimiento de crímenes y delitos relacionados con la privación de la libertad, la tortura policial, la persecución política y la muerte de personas en el territorio de la provincia.
Cuando Monseñor Gerardo Sueldo arribó a Santiago del Estero no sabía que estaba ingresando en un lugar donde abundaban las muertes no esclarecidas, el "gatillo fácil" policial, la dependencia de la justicia y la concesión de múltiples favores del gobierno.
Aún con esas premisas, durante su pastoreo, Mons. Sueldo impartió permanentemente un mensaje esperanzador en la búsqueda de la verdad y la justicia. Aludía siempre al reconocimiento de "la libertad de todos los hombres como fundamento excelso de su dignidad humana y de su filiación divina" .
Con su mensaje, el obispo apuntaba a destruir "un esquema político oprimente y una estructura mental autoritaria, que se alimenta de una sociedad temerosa y condescendiente".
Fiel a su compromiso con los más débiles y desprotegidos, impulsó la creación de la Secretaría de los Derechos Humanos de la Diócesis y de una oficina de asesoramiento jurídico para pobres e indigentes que se encontraran ante una situación de conflicto.
También participo de la fundación de dos instituciones laicas de gran importancia y protagonismo: El Movimiento Campesino de Santiago del Estero (MOCASE) y las Madres del Dolor. El primero de ellos, comprometidos con la obtención y el reconocimiento de los derechos de la población rural de Santiago del Estero, y el segundo, orientado a lograr el esclarecimiento de crímenes y delitos relacionados con la privación de la libertad, la tortura policial, la persecución política y la muerte de personas en el territorio de la provincia.
EVANGELIZACIÓN
En el ámbito específicamente religioso dio un fuerte impulso a la catequesis familiar, ya que sostenía que la familia era el ámbito natural para la evangelización.
Monseñor Sueldo destacaba permanentemente la función del Evangelio como fuente de luz para la realidad social y señalaba que se debía " madurar una Iglesia santiagueña comunitaria y misionera, pobre y solidaria que se nutre de la Palabra de Dios y los sacramentos para los que tienen la vida y la fe amenazadas ".
Estos contenidos debían promoverse desde la familia y las instituciones sociales, religiosas y culturales que, a través de la oración, la fe y el amor deben construir un hombre preparado para servir a los demás como transformador de una sociedad reflexiva y dinámica en la problemática del mundo contemporáneo.
Al término de su gobierno pastoral, la diócesis tenía 43 parroquias y 220 capillas e iglesias. Contaba con 62 sacerdotes, 15 diáconos permanentes, 3 hermanos, 14 seminaristas mayores y 89 religiosas. Tenia 3 santuarios, 1 monasterio femenino, 8 casas de religiosos y 20 de religiosas y 44 centros educativos.
En el ámbito específicamente religioso dio un fuerte impulso a la catequesis familiar, ya que sostenía que la familia era el ámbito natural para la evangelización.
Monseñor Sueldo destacaba permanentemente la función del Evangelio como fuente de luz para la realidad social y señalaba que se debía " madurar una Iglesia santiagueña comunitaria y misionera, pobre y solidaria que se nutre de la Palabra de Dios y los sacramentos para los que tienen la vida y la fe amenazadas ".
Estos contenidos debían promoverse desde la familia y las instituciones sociales, religiosas y culturales que, a través de la oración, la fe y el amor deben construir un hombre preparado para servir a los demás como transformador de una sociedad reflexiva y dinámica en la problemática del mundo contemporáneo.
Al término de su gobierno pastoral, la diócesis tenía 43 parroquias y 220 capillas e iglesias. Contaba con 62 sacerdotes, 15 diáconos permanentes, 3 hermanos, 14 seminaristas mayores y 89 religiosas. Tenia 3 santuarios, 1 monasterio femenino, 8 casas de religiosos y 20 de religiosas y 44 centros educativos.
EL DESAFÍO DE LA ESPERANZA
Polémico y decidido, valiente y sencillo, comprometido y humilde, Monseñor Gerardo Sueldo dejó una impronta imborrable en la diócesis de Santiago del Estero. Con sus palabras y sus acciones supo sacar a la luz las situaciones de injusticia social y a partir del Evangelio enseñó que todos los seres humanos tenemos derecho a la libertad y a la vida digna.
Fiel al lema que identificaba su misión en un escudo episcopal: "Aquí estoy para hacer Tú Voluntad" , fue un instrumento de Dios y por eso vivió profundamente comprometido con los más humildes, los desamparados, los sufrientes y los humillados.
El "desafío" de Monseñor Sueldo fué: "Seguir con esperanza, continuar sin miedo, animarnos a caminar trabajando contra los abusos del poder, contra la corrupción y la obsecuencia" .
Aún hoy, a 11 años de su muerte, las fotos con el rostro de Monseñor Gerardo Sueldo todavía cuelgan de las paredes de ranchos y casas humildes de la provincia, se mantienen intactas como su mensaje en gran parte del pueblo santiagueño. El accidente automovilístico que calló a Sueldo no pudo callar su mensaje, sobre todo en estos momentos.
Polémico y decidido, valiente y sencillo, comprometido y humilde, Monseñor Gerardo Sueldo dejó una impronta imborrable en la diócesis de Santiago del Estero. Con sus palabras y sus acciones supo sacar a la luz las situaciones de injusticia social y a partir del Evangelio enseñó que todos los seres humanos tenemos derecho a la libertad y a la vida digna.
Fiel al lema que identificaba su misión en un escudo episcopal: "Aquí estoy para hacer Tú Voluntad" , fue un instrumento de Dios y por eso vivió profundamente comprometido con los más humildes, los desamparados, los sufrientes y los humillados.
El "desafío" de Monseñor Sueldo fué: "Seguir con esperanza, continuar sin miedo, animarnos a caminar trabajando contra los abusos del poder, contra la corrupción y la obsecuencia" .
Aún hoy, a 11 años de su muerte, las fotos con el rostro de Monseñor Gerardo Sueldo todavía cuelgan de las paredes de ranchos y casas humildes de la provincia, se mantienen intactas como su mensaje en gran parte del pueblo santiagueño. El accidente automovilístico que calló a Sueldo no pudo callar su mensaje, sobre todo en estos momentos.
OBSECUENCIA CORTESANA
En alguna de sus homilías, Sueldo supo decir: "Cuánto tendremos que llorar por la ausencia de los honestos y el silencio cómplice de los cómodos y complacientes. Pedir honores y poder no es lenguaje de la fe. Sabemos que el poder y los honores en la sociedad civil llevan a la tiranía y la opresión, por un lado; y, por el otro, a la obsecuencia cortesana" .
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