La asunción del médico Gerardo Montenegro como director del hospital Regional, motivó que en horas de la siesta de hoy se viera precisada a actuar la Gendarmería para desalojar a los trabajadores de la salud que se manifestaron durante toda la mañana, frente a su despacho exigiendo su inmediata renuncia. “Mientras Montenegro continúe en el cargo, no vamos a dar marcha atrás en el paro de actividades”, indicaron los médicos, indignados por la situación.
Montenegro asumió su cargo acompañado del ministro de Salud, Luis César Martínez, generando indignación y estupor entre los médicos, enfermeros y otros trabajadores del hospital Regional, ya que lo hizo rodeado, además, de policías de la Guardia de Infantería, fuertemente armados y de otros de seccionales cercanas al hospital.
Para esta mañana estaba programado un escrache al nuevo director, sin embargo pocos se imaginaban que iría a tomar posesión de su cargo acompañado de una delegación tan numerosa de efectivos policiales. Esto provocó que durante toda la mañana se oyera el retumbar de los bombos en el pasillo que da a la dirección, exigiendo su renuncia inmediata al cargo, que se vuelva atrás en la cesantía dispuesta a los jefes de servicios, la recomposición salarial y el inmediato pase a planta permanente de todo el personal con contratos “basura” de locación.
En este sentido, pudo saberse que son exactamente 1.344 los médicos con contratos de locación, que trabajan por 1.300 pesos al mes. A la mayoría de ellos se les descontaron entre 500 y 800 pesos el último mes, a pesar de que la mayoría firmó las planillas de entrada a su trabajo todos los días.
Mientras algunos médicos plegados al paro hacían esfuerzos para convencer a Montenegro a fin de que presentara la renuncia, se supo que desde el ministerio de Salud le exigieron que permaneciera en su cargo, en una pulseada que tensó la cuerda hasta un extremo que llevó a muchos presentes a manifestar que la huelga dispuesta por tiempo indeterminado, “no tiene vuelta atrás”.
También a la mañana se hizo presente entre los manifestantes, el legislador provincial, Francisco Cavallotti, quien se interiorizó de la situación de los médicos y luego, cerca del mediodía, solicitó a las autoridades de la Cámara de Diputados, una urgente convocatoria a sesiones extraordinarias para tratar acerca de la falta de funcionamiento de los hospitales públicos de las principales ciudades de la provincia: Capital, Banda, Añatuya, Las Termas, Loreto, Frías y Clodomira. Basó su pedido en que, junto a la seguridad, la educación y el régimen municipal, la salud es una de las razones de ser del Estado moderno, por lo que la situación actual podría ser causa de intervención federal a la provincia.
Por otra parte se supo que autoridades de la Federación Sindical de Profesionales de la Salud de la Argentina, se reunirían con médicos santiagueños, esta tarde, en un hotel del centro de la ciudad, a fin de analizar los pasos a seguir.
A último momento trascendió también que este miércoles, a las seis de la tarde, el vicegobernador en ejercicio de la gobernación, Ángel Hugo Niccolai y el ministro de gobierno Elías Suárez, recibirían a una delegación de médicos para saber acerca de sus reclamos. Será la primera vez que autoridades de la provincia, más allá del ministro de Salud, se pongan en contacto con los médicos para tratar de solucionar sus reclamos.
Montenegro asumió su cargo acompañado del ministro de Salud, Luis César Martínez, generando indignación y estupor entre los médicos, enfermeros y otros trabajadores del hospital Regional, ya que lo hizo rodeado, además, de policías de la Guardia de Infantería, fuertemente armados y de otros de seccionales cercanas al hospital.
Para esta mañana estaba programado un escrache al nuevo director, sin embargo pocos se imaginaban que iría a tomar posesión de su cargo acompañado de una delegación tan numerosa de efectivos policiales. Esto provocó que durante toda la mañana se oyera el retumbar de los bombos en el pasillo que da a la dirección, exigiendo su renuncia inmediata al cargo, que se vuelva atrás en la cesantía dispuesta a los jefes de servicios, la recomposición salarial y el inmediato pase a planta permanente de todo el personal con contratos “basura” de locación.
En este sentido, pudo saberse que son exactamente 1.344 los médicos con contratos de locación, que trabajan por 1.300 pesos al mes. A la mayoría de ellos se les descontaron entre 500 y 800 pesos el último mes, a pesar de que la mayoría firmó las planillas de entrada a su trabajo todos los días.
Mientras algunos médicos plegados al paro hacían esfuerzos para convencer a Montenegro a fin de que presentara la renuncia, se supo que desde el ministerio de Salud le exigieron que permaneciera en su cargo, en una pulseada que tensó la cuerda hasta un extremo que llevó a muchos presentes a manifestar que la huelga dispuesta por tiempo indeterminado, “no tiene vuelta atrás”.
También a la mañana se hizo presente entre los manifestantes, el legislador provincial, Francisco Cavallotti, quien se interiorizó de la situación de los médicos y luego, cerca del mediodía, solicitó a las autoridades de la Cámara de Diputados, una urgente convocatoria a sesiones extraordinarias para tratar acerca de la falta de funcionamiento de los hospitales públicos de las principales ciudades de la provincia: Capital, Banda, Añatuya, Las Termas, Loreto, Frías y Clodomira. Basó su pedido en que, junto a la seguridad, la educación y el régimen municipal, la salud es una de las razones de ser del Estado moderno, por lo que la situación actual podría ser causa de intervención federal a la provincia.
Por otra parte se supo que autoridades de la Federación Sindical de Profesionales de la Salud de la Argentina, se reunirían con médicos santiagueños, esta tarde, en un hotel del centro de la ciudad, a fin de analizar los pasos a seguir.
A último momento trascendió también que este miércoles, a las seis de la tarde, el vicegobernador en ejercicio de la gobernación, Ángel Hugo Niccolai y el ministro de gobierno Elías Suárez, recibirían a una delegación de médicos para saber acerca de sus reclamos. Será la primera vez que autoridades de la provincia, más allá del ministro de Salud, se pongan en contacto con los médicos para tratar de solucionar sus reclamos.
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