La situación de la Salud Pública en Santiago del Estero está pasando por uno de sus peores momentos de la historia, fundamentalmente, por no ser escuchados los trabajadores del sector por las autoridades naturales, el ministro del área, Luis César Martínez (un foráneo oriundo de Córdoba), el subsecretario, Benjamín Flores Turk y el director de Atención Médica, Roberto Ávila (un médico jovencito devenido en autoridad).
El conflicto es grave porque comenzó hace 5 años con un reclamo salarial, solicitando audiencia al ministro y al subsecretario de Salud. El foráneo cordobés de Martínez respondió: “No soy cadete de nadie”, dando lugar a las medidas de fuerza con dos marchas (la última multitudinaria, con más de 4.000 participantes) y el pedido (en la Casa de Gobierno) de audiencia al gobernador Gerardo Zamora, de todo lo cual hasta hoy hemos tenido como respuestas despidos de médicos, técnicos, educadores sanitarios, traslados de dirigentes que participaron de los reclamos, descuentos de sueldos a profesionales de planta permanente y a los contratados con locación de servicio.
Además, solicitaron a los directores de los hospitales que confecciones listas negras con los trabajadores de la Salud que se adhirieron al plan de lucha. También cerraron el edificio del Ministerio de Salud y Desarrollo Social con gruesas cadenas y grandes candados, para evitar el ingreso del personal que continuaba exigiendo que lo escucharan.
¿Qué es lo que hacen? Regresar al pasado oscuro de nuestra patria chica. Duele comprobar que cuando se fue Carlos Juárez pensamos, como la mayoría de santiagueños, que Zamora era la opción para el crecimiento, pero lo único que hemos visto es la fiesta de unos pocos, mientras que la población, con los salarios más bajos del país, según el Indec.
Hoy el sector de la Salud cuenta con 8.000 empleados, de los cuales 5.600 son precarizados con los famosos contratos de locación, planes Trabajar, subsidios, plan Nacer, etc., donde hay una evasión al sistema provisional y a la Fip, en razón de que no hay beneficios para el trabajador. Hay médicos con contratos de $1.200, administrados con $450, etc.
Se hicieron hospitales faraónicos y ninguno funciona por falta de personal idóneo e infraestructura deficitaria. Un médico de planta permanente tiene un básico de $900 (el que tiene la mayor carga horaria 35 horas, gana más), una enfermera cobra de básico $450 y una mucama $426.
Todos estos reclamos fueron llevados a por los trabajadores de la Salud (mucamas, médicos, enfermeras, educadores sanitarios, etc.) que actuaron con la denominación de "Autoconvocados de la Salud”, y esto surge por el hecho de que todas las entidades que deberían naturalmente representarnos, como Atsa, CGT, Colegio de Médicos, Consejo Médico y hasta la Iglesia Católica, han demostrado en mayor o en menor medida, su compromiso con el gobierno, cayendo en el descrédito de todos los santiagueños.
Esperamos que todo este caos lleve a la reflexión al gobernador, a fin de evitar situaciones no deseadas, de las cuales a veces no suele haber retorno.
*Dr. HUGOR VILLALBA
Medico
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