SANTIAGO DEL ESTERO (De un enviado especial).- César Villalba, el primer detenido de la causa que llevó a la cárcel a Julio Alegre, el destituido intendente de esta ciudad, tiene 26 años y vive con su madre y sus hermanos, en una casa humilde, ubicada en una calle de tierra del barrio 8 de Abril, uno de los más pobres de la zona.
El 15 de mayo pasado había ido al Banco de Santiago del Estero a cobrar un cheque a su nombre, por $ 15.000, que le había dado el hoy prófugo Oscar Farías, entonces director de Obras Públicas del municipio. Era una de las tareas que cumplía en la intendencia a cambio de los $ 200 mensuales que recibía como beneficiario del Plan Higiene, un programa social de la intendencia.
La policía lo detuvo minutos antes de las 9, cuando caminaba con los $ 15.000, de regreso a la municipalidad. Sólo recuperó la libertad 17 días después y aún hoy está acusado de integrar la asociación ilícita que, según la hipótesis del juez Gustavo Herrera, comandaban Alegre y Farías.
Entre las pruebas que pesan contra Villalba figura la reciente creación de dos empresas, que serían parte de la maniobra, según señalan fuentes judiciales al tanto del expediente.
"Ellos me decían que los cheques eran para pagarle a proveedores. Yo no sé qué hacían después con la plata", cuenta Villalba a LA NACION, en la cocina de su casa, ante la atenta mirada de su madre, una puntera política del radicalismo.
"Cuando los policías me detuvieron en la calle, me pedían que involucrara a más gente, me dijeron que recibían órdenes de arriba", agrega.
-¿Quién los mandaba a cobrar los cheques y a quién le entregaba el dinero?
-Siempre Farías. El acostumbraba a mandarme a cobrar cheques, tres o cuatro veces al mes. A veces eran de $ 4000 o de $ 5000. Lo máximo fue $ 15.000. El día que me detuvieron, me dijo que fuera a cambiar un cheque porque tenía que pagarle a un proveedor. Cambié el cheque y cuando salí, hice una cuadra y me detuvieron.
-¿Le dijeron por qué lo detenían?
-No. El chango que me detiene, yo lo conozco, me dice: "Ya van a cagar los pícaros de Farías". Me tomaron declaración. Querían que contara cosas que yo no sé, que involucrara a otra gente. Me dijeron que les habían dado órdenes desde arriba. Me amenazaron: me dijeron que me iban a bolsear , que me iban a poner una venda.
-¿Por qué formó dos empresas en marzo?
-Las hice con un amigo. Hacíamos trabajos de albañilería y, a veces nos pedían factura y nosotros no teníamos que presentar. Por eso, él me dijo que hiciéramos las empresas para poder trabajar más. Igual, todavía no habíamos hecho ni una sola factura.
El 15 de mayo pasado había ido al Banco de Santiago del Estero a cobrar un cheque a su nombre, por $ 15.000, que le había dado el hoy prófugo Oscar Farías, entonces director de Obras Públicas del municipio. Era una de las tareas que cumplía en la intendencia a cambio de los $ 200 mensuales que recibía como beneficiario del Plan Higiene, un programa social de la intendencia.
La policía lo detuvo minutos antes de las 9, cuando caminaba con los $ 15.000, de regreso a la municipalidad. Sólo recuperó la libertad 17 días después y aún hoy está acusado de integrar la asociación ilícita que, según la hipótesis del juez Gustavo Herrera, comandaban Alegre y Farías.
Entre las pruebas que pesan contra Villalba figura la reciente creación de dos empresas, que serían parte de la maniobra, según señalan fuentes judiciales al tanto del expediente.
"Ellos me decían que los cheques eran para pagarle a proveedores. Yo no sé qué hacían después con la plata", cuenta Villalba a LA NACION, en la cocina de su casa, ante la atenta mirada de su madre, una puntera política del radicalismo.
"Cuando los policías me detuvieron en la calle, me pedían que involucrara a más gente, me dijeron que recibían órdenes de arriba", agrega.
-¿Quién los mandaba a cobrar los cheques y a quién le entregaba el dinero?
-Siempre Farías. El acostumbraba a mandarme a cobrar cheques, tres o cuatro veces al mes. A veces eran de $ 4000 o de $ 5000. Lo máximo fue $ 15.000. El día que me detuvieron, me dijo que fuera a cambiar un cheque porque tenía que pagarle a un proveedor. Cambié el cheque y cuando salí, hice una cuadra y me detuvieron.
-¿Le dijeron por qué lo detenían?
-No. El chango que me detiene, yo lo conozco, me dice: "Ya van a cagar los pícaros de Farías". Me tomaron declaración. Querían que contara cosas que yo no sé, que involucrara a otra gente. Me dijeron que les habían dado órdenes desde arriba. Me amenazaron: me dijeron que me iban a bolsear , que me iban a poner una venda.
-¿Por qué formó dos empresas en marzo?
-Las hice con un amigo. Hacíamos trabajos de albañilería y, a veces nos pedían factura y nosotros no teníamos que presentar. Por eso, él me dijo que hiciéramos las empresas para poder trabajar más. Igual, todavía no habíamos hecho ni una sola factura.
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